Tengo que reconocer que nunca había visto nada parecido, un corazón perdido, arrancado por la furia de una maquina y esparcido en el asfalto de la muerte. Allí yacían los dos, el y su dueño inerte, frío, desmembrado y solo. Pero hay corazones que permanecen latiendo a pesar de las tragedias. Corazones llenos de vida al borde del precipicio. Corazones llenos de sueños. Corazones dispuestos a seguir caminando a pesar de lo agreste del camino. Esta es la imagen que me heló la sangre por un instante. La imagen de la vida a punto de extingirse. Este gravisimo accidente ocurrió en Brasil. Se trata de un ciclista, casi todos los días muchos de ellos acaban su vida de esta manera. Diría que las imágenes pueden " herir la sensibilidad " de quien ose verlas. Pero como sé que a casi todos nos va la marcha y nos gusta el morbo. Si te mata la curiosidad, lo vas a flipar.
Una idea con muchas luces