Mi esposa-hermana y nuestra hija.Después de haber sido un miembro de esta comunidad durante un tiempo, pensé que debía publicar nuestra historia. Tengo 50 años. Mi hermana es tres años y medio años más joven que yo. Hemos estado juntos durante casi 30 años y tenemos una hija, que tiene 24. Hasta hace poco, mi hermana y yo tan solo habíamos estado el uno con el otro. Cuando eramos niños, nuestra madre era una persona tímida y débil, y nuestro padre era una rata bastarda de primera clase. Nunca abuso sexualmente de nosotros, pero aprovecho cualquier excusa para gritarnos y golpearnos. Mi hermana y yo fuimos un “refugio en la tempestad” el uno para el otro. Crecimos muy unidos el uno al otro. Durante mi adolescencia, trabaje en diversos empleos, y conseguí ahorrar varios miles de dólares para cuando contaba con 17 años. Dos meses antes de cumplir los 18 años, me escapé de casa. Me refugie en la casa de un amigo hasta que cumplí los 18 años de edad. Seguí en contacto con mi hermana clandestinamente. Tan pronto como pude, alquilé un apartamento. Finalmente, mi hermana se fue de casa y se vino a vivir conmigo. Tras venirse a vivir conmigo, nos mudamos a 1.500 kilómetros de distancia. Hasta el día de hoy no hemos vuelto a nuestro estado natal. Unos años mas tarde, mi hermana y yo fuimos bendecidos con la llegada de nuestra hija.
Ella terminó siendo nuestro único hijo, pero no por no intentar tener mas. Mi hermana, ahora mi esposa, se quedo embarazada en dos ocasiones más, pero ambos embarazos terminaron en un aborto involuntario. Cuando nuestra hija tenia casi 8 años de edad, pregunto por sus abuelos. Le mentimos, diciéndole que todos nuestros padres estaban muertos, y que ninguno de nosotros tenía hermanos. Pareció aceptarlo y ya no volvió a preguntarnos mas por nuestra familia hasta hace unos meses. Nuestra hija creció como una niña sana, feliz y lista. Actualmente cursa el tercer año en la Facultad de Derecho de nuestra Universidad pública local. La animamos a seguir viviendo con nosotros mientras se dedicaba a sus estudios. Al contrario que en nuestra historia familiar, siempre hemos sido honestos y abiertos con nuestra hija en todo, incluido el sexo. Sabíamos que iba a hacer lo que quisiera cuando quisiera, y no veíamos ninguna razón para malgastar nuestras energías tratando de controlar su sexualidad. Cuando se graduó en el Instituto, pasó la mitad del verano viajando con el que era su novio por aquel entonces, con nuestra aprobación. Vivieron juntos en nuestra casa por el resto del verano, y no tuvimos casi ningún problema con ellos. El único problema fue tener que sustituir su cama, porque la antigua hacia mucho ruidoso cuando retozaban juntos. ¡Rechinaba como dedos rayando una pizarra! Más tarde en ese año, cortaron y se separaron. El verano pasado, ella volvió a preguntar acerca de nuestras familias, y le repetimos la historia que ya le habíamos contado. Unos días más tarde, nos pregunto directamente qué le estábamos ocultando, y de nuevo le mentimos. Mi esposa y yo pasamos varios días discutiendo sobre el tema, y finalmente convenimos en contarle la verdad a nuestra hija. Cuando se la contamos, se quedo muy sorprendida. Pero también nos dijo que era feliz, y que se alegraba de que hubiéramos conseguido llevar una vida digna. Ella nos confirmó que se sentía segura y amada, y se alegraba de que fuéramos sus padres. Aproximadamente una semana más tarde, nuestra hija nos dijo algo que encontramos muy sorprendente. Su mejor amiga durante la niñez era la niña que vivía al lado. Es apenas unos meses más joven que nuestra hija, y han sido amigas desde que esta niña se trasladó a vivir al lado, cuando ambas tenían 9 años. Nuestra hija nos dijo que su amiga había tenido relaciones sexuales con su padre y su hermano durante varios años. Se había unido a ellos en muchas ocasiones, y siempre se lo había pasado bien. Nos dijo que también había tenido relaciones sexuales con su amiga muchas veces, y que también se lo había pasado bien. A continuación, nos dijo que había fantaseado con tener relaciones sexuales con nosotros, y nos preguntó si estaríamos dispuestos a ello. Una vez más, mi esposa y yo hablamos sobre ello, pero la verdad es que sólo nos llevo unos minutos aceptar la propuesta. Ahora vivimos una maravillosa relación de tres, casi como si los tres estuviéramos casados entre nosotros. El sexo es estupendo, y el amor es más fuerte que nunca. Mi hija ha dejado de quedar con chicos, aunque hemos tratado de alentarla para que encuentre un novio. Siempre que le planteamos el tema, su respuesta es la misma. Ella nos dice que ahora tiene todo lo que quiere, y no ve ninguna razón para cambiar. Estuvimos de acuerdo en que yo nunca la dejaría embarazada, ¿pero por qué descartar esta posibilidad? Así que esta es nuestra historia. Agradezco la existencia de este sitio porque nos mostró que no somos los únicos.
Visto y traducido en: innerpendejo.net.
