Autor : Jorge E. Polanc...
Somos culpables, somos culpables por ser pobres, por estar inmersos en una sociedad donde la violencia nos enajena, donde no tenemos para comer, donde las calles son dinamita para nosotros que siendo jóvenes no sabemos cómo reaccionar ante el destino. Señores, somos culpables porque la sociedad nos marginó desde que nacimos, porque no pudimos encontrar una posibilidad para hacer patria, porque la droga está en todas partes, y acá, todos nos deprimimos y nos destruimos moralmente día a día, porque estamos condenados, estigmatizados y señalados por una sociedad que no nos perdona. Nuestra condena es mayor cuando sabemos que dormimos en colchones viejos, sucios y podridos mientras vemos a jóvenes adolescentes drogarse para no pensar. No nos rehabilitan ni hay planes efectivos para nuestra reinserción social. Nos hacinan en tugurios infrahumanos donde todos los días alguien muere por un miserable sol. Somos culpables, pero creo yo que más culpable es el estado porque no nos devuelve la esperanza, porque al salir a las calles nos seguimos sintiendo culpables, sin ningún chance de poder encontrar un trabajo digno o ser merecedores del respeto de los vecinos. Nos atrapa una cadena de hechos desde los cuales nuestro pasado nos aniquila nuestra autoestima. Somos culpables ante los grandes magistrados ante quienes hemos dejado de ser personas, y quienes no velan por darnos preparación para cuando recuperemos nuestra libertad. Pienso mucho en Cuba, en la manera en cómo los hombres que como yo pagamos nuestra culpa, pueden trabajar para el estado y recibir el voto de confianza de éste permitiendo ir a los reclusos los fines de semana a su hogar, para estar con sus hijos, con su mujer, con esos vecinos que perdonan a los que queremos enmendarnos. Porque nuestra soledad es pagada a un precio muy alto. Porque si fuera libre mañana no sabría qué hacer. Es el estado el que debe plantear medidas efectivas para que recuperemos la fe en la vida. Queremos volver a ser tratados como personas. No queremos volver a delinquir. Queremos una nueva oportunidad. Yo sé que no todos somos iguales. Sé que hay delitos imperdonables, pero también sé que somos seres humanos, que también sentimos y lloramos, que necesitamos ayuda y no tememos en decirlo. Sociedad peruana, soy un ser que siente, que llora, que ríe pocas veces, que tiene hijos y una mujer que sufre por mí. Sociedad peruana, ayúdame a ser el hombre que tú esperas, porque sé que soy culpable, y lo verifico a cada segundo jugándome la vida, pagando mi pena, esperando sin saber ya qué, porque me siento marguinado y olvidado cada momento que paso aqui siento que me corronpo mas ,quel estado nos olvido y cerraron todad las puertas ,antes de decirle al PERU. Que no estoy solo somos miles de compañeros que no tenemos la oportunidad de ser escuchados,un dia escuche ablar asu ministra que el conocimiento es libertad pues hay compañeros que solo se alimentan todo el dia por ser diferentes en vida y conducta sim embargo son avandonados que esperan señores del poder uds tambien tu vieron una oportunidad.
- Reflexiones desde la Otra orilla -