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Creo que de algún modo tenemos alguna responsabilidad si la vecina de arriba es acuchillada, vejada y maltratada. Tenemos que ser conscientes de que no podemos mirar para otro lado ( que lo hacemos ) y que estas cosas no sólo nos afecten al día siguiente cuando leamos la esquela de esa vecina en el periódico matinal. Nos estamos acostumbrando a la muerte, a ver brotar la sangre gratuita. día a día , a escuchar alaridos, insultos y desgarros, a través de nuestros muros..y no hacer nada absolutamente. Nos estamos acostumbrando a escuchar todo esto, sea por tv o por programas nocturnos de radio. La muerte ya no la vemos como algo caro, morir hoy es barato, es tan sumamente barato, que incluso en muchas ocasiones ni te enteras, -porque- o estabas en el sitio equivocado, o simplemente pasabas por allí.
La muerte está presente en todos nosotros en cada momento, a través de los códigos de silencio, a través de las miradas inmóviles, a través incluso del lenguaje de los signos. Vemos la Muerte y seguimos con el mismo gesto en la cara. No nos sorprende, no nos preocupa. No somos diferentes a las alimañas. A eso hemos llegado ya. Y mucho me temo que ante este panorama, cualquier día sin mediar palabra y sin motivo apararente, nos afilemos los colmillos para la ocasión y salgamos a la calle y nos matemos a destelladas, llenos de rabia de ira, de impotencia. Es, en ese preciso momento, cuando ya estaremos salvados. Mientras....todos cómplices y también culpables en muchas ocasiones. Que no se nos olvide.