Supón por un momento que eres una tortuga. Que a pesar de la pereza y el peso del caparazón decides salir a dar una vuelta en un día espléndidamente radiante de sol. Dejas el paraguas por fin después de un invierno duro y sin mas, sales a ver como esta la cosa por ahí fuera. De repente sientes como se desprenden gotas a través de la corteza , acto seguido comienza una tempestad. Extrañado miras para arriba y ves a una gilipollas que te mira con cara de recién salida de una bacanal de lujuria diciéndote ¡¡ Cuchi Cuchiiii ¡¡ mira que a venidoooooo. No te jode la muy zorra
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