Como ves esto es una pared ajada por el oxido. Una pared con un agujero. Esta imagen la hemos visto en muchas ocasiones. Está claro, que al no ser importante, ni que se salga del contexto de cosas que vemos a diario. Es una pared sin más. Pero en no pocas ocasiones, donde nosotros no vemos nada, otros lo ven todo. Y de eso trata este post.
En esta simple vieja y roída pared se esconde un negocio. Una diversión. Un reto. Una manera de gozar, sin saber con quien. Sin embargo, nosotros no lo hemos visto.
Pero alguien se dio cuenta y cavilando le dio un uso muy especial. Hoy está forrado. Patentó el invento, se hizo millonario y vive placidamente sentado frente a la bahia. Viendo pasar los barcos. Viendo el horizonte. Mirando la vela que poco a poco se consume. Y todo, porque el miro, donde otros solo veían...
En esta simple vieja y roída pared se esconde un negocio. Una diversión. Un reto. Una manera de gozar, sin saber con quien. Sin embargo, nosotros no lo hemos visto.
Pero alguien se dio cuenta y cavilando le dio un uso muy especial. Hoy está forrado. Patentó el invento, se hizo millonario y vive placidamente sentado frente a la bahia. Viendo pasar los barcos. Viendo el horizonte. Mirando la vela que poco a poco se consume. Y todo, porque el miro, donde otros solo veían...