La ternura de los angelitos.

Hay cosas por las que merece no crecer nunca. Cuando eres un niño, seas o no un cabroncete listo y espabilado como este, tiene la ventaja de que todo lo que haces se ve y se siente " tiernamente". Mi fantasía seria así, no crecer de estatura, ni de aspecto. Permanecer así el resto de tu vida para poder traspasar todas las fronteras sin que nadie nos castigue por ello. Poder lamer un pecho sin necesidad de pagar, hablar o estar postrado el resto de tu vida ante el. Meterte en lo mas profundo de las faldas y los escotes y descubrir los manjares ocultos, la nocilla, la mantequilla de cacahuete, el membrillo de los dioses. Seguiría así todo el rato, pero creo que necesito tomar la pastilla para la Hipertensión, otra para el Alzehimer, jugar un rato al Brain Train, tomar mi vasito de leche calentita y procurar soñar con los angelitos. A estas alturas, no me queda otra. Mecaguentó.