El mundo ha estallado por fin. El hambre se ha comido las razones, el hambre a devorado todo resquicio de humanidad y se ha asesinado asimisma. Ya nada es igual que antes, ni tampoco será como ayer. Nadie sabe que sera del habitante, pero estos necesariamente tendrán que ser mas justos. Para eso hemos torturado hasta la estenuación al mas débil, pero también al mas fuerte,ha conseguido llegar hasta aquí. Hasta este cementerio de siglas y propuestas. Hasta este calendario de consignas. De promesas e intenciones. De camilla mutilada por la justa usurpación de lo mas intimo. La dignidad se ha revelado en forma de virus mortal y los estómagos del sur están llenos de indiferencia. La indiferencia de los llamados gurús de las odiseas, ha quebrado los cimientos donde se guardan los tesoros en forma de papel, y los estados les dan de comer caviar y ternera recién sacrificada en forma de aguinaldos sin retorno. Mientras en el extremo de las vanidades sucumben de nuevo la estafa en el nombre de Dios y las sotanas se sacuden de migas en las comilonas de cuchillos largos.
Ahora toca pasar cuentas, mejor dicho que nos pasen la cuenta todos aquellos que han sido pasto de nuestra avaricia, de nuestro Alzehimer a la hora de reparto. Están en sus razones mas cabales y nadie que tenga escrúpulos puede levantar un grito de queja. Ahora toca lidiar el nuevo orden, establecer nuevas reglas de juego. Ahora toca definir que queremos construir pero primero derribemos los muros. Ya se verá, o tal vez no. Eso nadie lo sabe. Nadie, te lo aseguro.
Ahora toca pasar cuentas, mejor dicho que nos pasen la cuenta todos aquellos que han sido pasto de nuestra avaricia, de nuestro Alzehimer a la hora de reparto. Están en sus razones mas cabales y nadie que tenga escrúpulos puede levantar un grito de queja. Ahora toca lidiar el nuevo orden, establecer nuevas reglas de juego. Ahora toca definir que queremos construir pero primero derribemos los muros. Ya se verá, o tal vez no. Eso nadie lo sabe. Nadie, te lo aseguro.
Dime si tu no tienes culpa