Me senté en el sofá ha eso de la media noche. Lo hago casi siempre después de cenar, esos diez minutillos después de hacer trabajar los dientes son una gloria. Tenia la taza de café en una mano y en la otra el mando a distancia de la tele. Tengo la manía de comenzar a zapear ordenadamente desde el primer al último canal que esta sintonizado. Sin darme apenas cuenta el mando quiso que viera en ese momento tele 5 el programa ( El Juego de tu Vida ). Este minúsculo artilugio que me ayuda a caminar por las tripas de mi plasma me dejo allí, para que viera una vez más un plató asesino, cruel, cubierto de hiel y sangre como tantos. En aquel patíbulo humano estaba sentada una mujer joven de entre 35 a 45 años. Frente a ella, su madre, su hermano y su hijo de adolescente. Detrás de ellos doscientas personas en la penumbra de la luz y la música inquietante que surge de los altavoces.A su lado la conductora del suicidio televisado, la que empuña el arma blanca de las preguntas y los disparos a bocajarro en el cofre de los secretos más íntimos. La cosa consiste en responder “sinceramente” a 21 preguntas escogidas entre las mas de doscientas que le efectúan en una entrevista previa. El turno comienza con preguntas nobles y a medida que acumula respuestas sube la cantidad de dinero y el grado de la pregunta. La presentadora con aspecto “relajado” y “calmado” va metiendo la pullita en el momento preciso preguntando a los familiares, a la “concursante”. Saben que cualquiera de ellos puede paralizar la pregunta apretando un botón si prefieren no escuchar la respuesta Si contesta “sinceramente” a todas se lleva 100.000 euros. En este caso se lo llevo, se llevo la pasta. Pero ¿ cual fue el precio humano que pagó por un puñado de euros para “salir” de la “miseria”?. El precio fue la verdad escondida. La decadencia y soledad del individuo contemporáneo. El precio fue tal vez la libertad de la espinita. El decirle al mundo lo miserable de su vida. La tristeza de vivir por vivir, de tan solo vegetar hasta desaparecer. De acomodarse con lo que le viene dado. Pero alguien que vende y expone las mas execrables intimidades deja que su dignidad sea pisoteada, se convierte en un despojo. Dicen que la dignidad no quita el hambre ni paga las facturas. Es cierto. Pero también es cierto, que con el hambre saciada y las facturas pagadas seguirás siendo un miserable.
Ahora tienes dinero, pero todo el mundo sabe que no tienes ningún sentimiento hacia tu madre y deseas en publico que pague todo el mal que según tu te ha hecho. Ella que esta allí mirando como la asesinas delante de las cámaras, te dice que sigas, que digas con la verdad, que con ese dinero se podrá pintar la casa.
Ahora tienes dinero, pero todo el mundo sabe que follabas con los señores en las casas donde has trabajado como asistenta mientras ellos posiblemente te estén viendo junto a sus mujeres a los pies del crucifijo.
Ahora tienes dinero y todo el mundo sabe que ayudas a tu hermano a ser infiel a su mujer, mientras este se ríe como un corto mental y balbucea un .. tú sigue si quieres. Tú puedes. Su mujer tal vez se este enterando ahora, que duerme con su enemigo.
Ahora tienes dinero y todo el mundo sabe que cuando ves un accidente de tráfico en la tele, ruegas a dios para que el muerto sea el padre de tus hijos, mientras este te mira sorprendido y pensativo.
Ahora tienes dinero pero todo el mundo sabe que le prohíbes a tu hijo consumir las sustancias que tú habitualmente consumes y que te acuestas con sus amigos. Este se queda estupefacto, pero te dice que sigas, que le sigas arrancando la hiel, que tu vales, que tu puedes.
Ahora tienes dinero pero todo el mundo sabe que has tenido frecuentes enfermedades venéreas y que te masturbas metiéndote un collar de perlas en la vagina.
Ahora tienes dinero, pero tu vida ya no te pertenece. Ya estas muerta.
Cada vez me siento más de otro planeta, de otra galaxia o de otro sitio que no es este. Cada día que pasa, cada hora, cada minuto, siento que me estoy apartando, que estoy construyendo mi pequeña capsula mi pequeño mundo. Cuando veo a seres humanos de carne y hueso en las sillas eléctricas de la televisión siento que no tengo nada absolutamente que me identifique con ellos. Lo peor o mejor de todo, es que cada vez son más. Y me pregunto:
¿ Donde coño vamos con estos esperpentos ? ¿ De donde coño han salido ?
¿ Son de verdad , o una broma de mal gusto un experimento genético de esos secretos ? .
En fin, que eso, que salvense quien pueda queridos. Y reitero, cada vez son más.
