Este (Tengo un sueño) que Martin Luther King Jr pronunció el 28 de agosto de 1963 sobre los derechos civiles de los negros suele considerarse como uno de los mejores, sino el mejor discurso de la historia en EE.UU.
Llego el “gran día” , solo por unas horas el planeta estará pendiente de un nombre Obama, el presidente negro, el primer presidente afroamericano que tiene los EEUU de América. Muchos son los sueños, muchas las ilusiones que se han depositado en este joven lleno de proyectos, y lleno de obstáculos. Lo que no cabe la menor duda es que alguien ha sido capaz de que una parte del mundo siga creyendo en el ser humano. Esto es lo realmente importante, pero solo será un testimonio de fe, cuando a uno ya no le queda ni un trozo de esperanza en el balcón de las utopías.
Por un momento quiero creer que todavía otro mundo es posible, no por el “Mesías” recién llegado, sino, porque ya no puede ser de otra manera. Solo falta unas virutas de esperanza tan solo. Un pequeño empujón al carruaje de los sueños. Quiero que cada uno de nosotros, de esos que siguen siendo buena gente, seamos obamas al menos unos minutos al día.
Las palabras, esas son las viajeras, las permanentes y las que muchas veces se olvidan pronunciar para provocar tan solo un hasta siempre. Pero en todo este ciclo, hubieron mas obamas. Obamas acribillados.Obamas corruptos que un día renunciaron a vivir como ellos, como los otros, aquellos olvidados de siempre. Obamas asesinos que no dudan en sujetar con una mano la botella y con la otra la bomba.
De los corruptos, nos quedo el recuerdo de lo más vil. De los asesinos, la esperanza de sentarlos algún día en el banquillo de los holocaustos. Me quedan los obamas acribillados. Esos “incómodos” “parlanchines” que azotan con palabras. Que hablan de un mundo mejor y más justo. De ellos me queda precisamente eso..La palabra. La palabra compartida, cómplice y justa. Pero las palabras pasan como pasa el otoño en los árticos. A veces pasan desapercibidas. Otras se quedan grabadas para siempre. Esas son las imprescindibles.
Las palabras, esas son las viajeras, las permanentes y las que muchas veces se olvidan pronunciar para provocar tan solo un hasta siempre. Pero en todo este ciclo, hubieron mas obamas. Obamas acribillados.Obamas corruptos que un día renunciaron a vivir como ellos, como los otros, aquellos olvidados de siempre. Obamas asesinos que no dudan en sujetar con una mano la botella y con la otra la bomba.
De los corruptos, nos quedo el recuerdo de lo más vil. De los asesinos, la esperanza de sentarlos algún día en el banquillo de los holocaustos. Me quedan los obamas acribillados. Esos “incómodos” “parlanchines” que azotan con palabras. Que hablan de un mundo mejor y más justo. De ellos me queda precisamente eso..La palabra. La palabra compartida, cómplice y justa. Pero las palabras pasan como pasa el otoño en los árticos. A veces pasan desapercibidas. Otras se quedan grabadas para siempre. Esas son las imprescindibles.