Su apellido es, Calamita. Y es de esos tipos que uno no quisiera encontrarse con él en la casa de la justicia. Invoca a Dios como ser supremo, para que le salve y piensa que este le tiene otro trabajo preparado. Yo después de conocer su caso, imagino que pedirá un puesto de portero, a las puertas del cielo. De esos que necesita Dios y la Iglesia. De esos tipos que te dejan pasar si no eres gay o lesbiana.Si tienes un color u otro.Si has formado una familia.Si crees en la castidad.Si no te drogas.Si eres fiel.Si has echo la comunión y te has unido en matrimonio por la ley eclesial. Si vas a misa. Si confiesas tus pecados. Puede ser que te deje entrar. Aunque seas un cura obispo o arzobispo que halla violado niños y monjas del llamado tercer mundo, él mirará para otro lado, como hace la iglesia que le nutre de dogmas. Además llora como una plañidera, y se incomoda y obsesiona con un miembro del jurado, argumentando voz en grito, que le está mirando fijamente. Este hombre es un enfermo mental, necesita un tratamiento de choque urgente que le libere muy posiblemente de una niñez terrible. Es un tipo peligroso, pero con poder.Quizas ahora no tanto. Y ojala..nunca más. Pero estoy convencido que su carrera solo ha sido una barrera para la libertad de tantas y tantas sentencias injustas que habrá aplicado. Esta gente me produce pavor y asco a la vez...
El LOKO
Nunca seremos iguales, ni falta que hace. No hay nada más aburrido que la igualdad.Lo que hace falta es que nos respetemos y respetemos nuestras diferencias. Que nos sintamos solidarios y unidos.Que nadie explote a nadie. Que nadie desprecie a nadie, lo avasalle o lo humille. Que nadie se crea superior.Que no seamos iguales no quiere decir que seamos mejores ni peores, sólo diferentes.
