BANGKOK.- El general Than Shwe, actual jefe de la Junta Militar de Birmania (Myanmar), decidió cuando tenía 20 años colgar su bolsa de cartero para incorporarse al Ejército.
También jefe supremo de las Fuerzas Armadas, el general Than Shwe representa el sector más duro del régimen, y han dicho sobre él algunos diplomáticos que detesta oír el nombre de Aung San Suu Kyi, la líder de la oposición y de la Liga Nacional por la Democracia (LND), que desde junio de 2003 está bajo arresto domiciliario.
También jefe supremo de las Fuerzas Armadas, el general Than Shwe representa el sector más duro del régimen, y han dicho sobre él algunos diplomáticos que detesta oír el nombre de Aung San Suu Kyi, la líder de la oposición y de la Liga Nacional por la Democracia (LND), que desde junio de 2003 está bajo arresto domiciliario.
Than Shwe nació el seno de una familia pobre de Kyaukse, pequeña localidad de la región de Mandalay, que dejó al cumplir 20 años para convertirse en soldado. La mayor parte de su carrera militar estuvo vinculada al departamento de guerra psicológica contra la decena de guerrillas étnicas que durante décadas controlaron extensas áreas del norte y noreste del país.
Dos años antes del golpe Estado perpetrado en 1962 contra el gobierno del primer ministro U Nu, Than Shwe ascendió a capitán, en 1978 a coronel y en 1983 fue nombrado jefe militar de la región del suroeste.
Dos años antes del golpe Estado perpetrado en 1962 contra el gobierno del primer ministro U Nu, Than Shwe ascendió a capitán, en 1978 a coronel y en 1983 fue nombrado jefe militar de la región del suroeste.
En 1985, con el grado de general, Than Shwe fue nombrado viceministro de Defensa, y cuando tres años después estallaron las multitudinarias manifestaciones a favor de la democracia, entró a formar parte del Consejo de Estado para la Restauración de la Ley y el Orden, primera denominación oficial de la Junta Militar.
Than Shwe asumió el 23 de abril de 1992 la jefatura de la Junta Militar y de las Fuerzas Armadas, después de ser durante varios años la 'mano derecha' de su antecesor, el general Saw Maung, quien fue apartado del poder a causa de las luchas internas. Durante las últimas cuatro décadas, los generales han perseguido con sumo ahínco una política de aislamiento, que ha terminado con llevarles a construir un búnker dentro de su propio país.
Considerado un militar supersticioso que con asiduidad busca el consejo de astrólogos, el general Than Shwe dicta también a menudo la política exterior y económica, y se dice que fue quien ordenó trasladar en 2006 la capital administrativa a Pyinmana, en la región central del país.
Las fotografías de Than Shwe, de 74 años, su mujer Kyaing Kyaing, y la hija de ambos, Tandar Shwe, asistiendo a actos oficiales ocupan casi a diario las portadas de los periódicos, todos sometidos a un estricto control gubernamental.
Considerado un militar supersticioso que con asiduidad busca el consejo de astrólogos, el general Than Shwe dicta también a menudo la política exterior y económica, y se dice que fue quien ordenó trasladar en 2006 la capital administrativa a Pyinmana, en la región central del país.
Las fotografías de Than Shwe, de 74 años, su mujer Kyaing Kyaing, y la hija de ambos, Tandar Shwe, asistiendo a actos oficiales ocupan casi a diario las portadas de los periódicos, todos sometidos a un estricto control gubernamental.
han Shwe y su familia dieron la campanada el pasado año cuando se divulgó un vídeo sobre la boda de su hija, que aparecía portando en torno al cuello y peinado decenas de brillantes del tamaño de una nuez, y quien, según se dijo entonces, recibió regalos por valor de 50 millones de dólares.
Entusiastas del lujo, la mujer de Than Shwe y su hija viajan a menudo a Bangkok desde la ciudad birmana de Mandalay, en aviones de la compañía Air Pagan, para hacer compras en los más exclusivos comercios de la capital tailandesa.
LA MANO DEL GENERAL
Fuente de Noticia: Deia
Entusiastas del lujo, la mujer de Than Shwe y su hija viajan a menudo a Bangkok desde la ciudad birmana de Mandalay, en aviones de la compañía Air Pagan, para hacer compras en los más exclusivos comercios de la capital tailandesa.
LA MANO DEL GENERAL
Fuente de Noticia: Deia
El gobierno militar birmano parece haber optado por la represión del movimiento popular de oposición que, abierto súbitamente hace unos diez días al hilo de fuertes aumentos de precios en artículos básicos, ha alcanzado el status de una fuerte amenaza para el régimen y suscitado una gran conmoción internacional.
Tal vez hay ya una docena de muertos y muchos detenidos, pero la completa censura y la persecución de los periodistas extranjeros (cuyos hoteles fueron ayer registrados en su busca) impiden hacer un balance. La contención inicial, que se atribuía a una discreta gestión del vecino protector y gran socio comercial, China, ha desaparecido y se advierte la vuelta a la represión pura y simple, como en los viejos tiempos: se adivina de nuevo la mano del general.
El general no es otro que Than Shwe, el hombre clave desde el golpe de 1988, que él organizó con otros conspiradores desde el Ministerio de Defensa. Había hecho toda su carrera bajo la larga dictadura del general Ne Win y tras formar parte de la junta que liquidó con un golpe la experiencia democrática de finales de los ochenta y desconoció la victoria de la oposición en 1990 fue elevado en 1992 a la jefatura del Estado en tanto que líder de la junta.
Los militares no siempre, ni todos, han deseado ocupar el poder y ejercerlo directamente y algunos preferirían una posición similar a la de sus colegas paquistaníes, poderosos, mimados y percibidos como una última ratio en caso de emergencia nacional. Pero no es el caso de Than Shwe, jefe de la línea dura desde siempre y del que se dice que odia personalmente a la respetada líder de la oposición y jefe de la Liga Democrática, Aung San Sun Kyi, a la que ha rehusado liberar definitivamente y mantiene en un inicuo arresto domiciliario.
En el recurso a la violencia hay una cierta sorpresa en la medida en que se suponía que en Rangún eran sensibles a las necesidades del amigo chino en el Consejo de Seguridad. Pekín impidió el miércoles una
condena allí del gobierno birmano desde el conocido criterio de que un asunto interno, por grave que sea, no es todavía una crisis que amenace la seguridad o la estabilidad internacional. Y, por tanto, no acepta una intromisión de las Naciones Unidas. Eso podría cambiar pronto, pero los chinos harán lo necesario para que el eventual relevo siga considerándolos como el socio privilegiado.
Tal vez hay ya una docena de muertos y muchos detenidos, pero la completa censura y la persecución de los periodistas extranjeros (cuyos hoteles fueron ayer registrados en su busca) impiden hacer un balance. La contención inicial, que se atribuía a una discreta gestión del vecino protector y gran socio comercial, China, ha desaparecido y se advierte la vuelta a la represión pura y simple, como en los viejos tiempos: se adivina de nuevo la mano del general.
El general no es otro que Than Shwe, el hombre clave desde el golpe de 1988, que él organizó con otros conspiradores desde el Ministerio de Defensa. Había hecho toda su carrera bajo la larga dictadura del general Ne Win y tras formar parte de la junta que liquidó con un golpe la experiencia democrática de finales de los ochenta y desconoció la victoria de la oposición en 1990 fue elevado en 1992 a la jefatura del Estado en tanto que líder de la junta.
Los militares no siempre, ni todos, han deseado ocupar el poder y ejercerlo directamente y algunos preferirían una posición similar a la de sus colegas paquistaníes, poderosos, mimados y percibidos como una última ratio en caso de emergencia nacional. Pero no es el caso de Than Shwe, jefe de la línea dura desde siempre y del que se dice que odia personalmente a la respetada líder de la oposición y jefe de la Liga Democrática, Aung San Sun Kyi, a la que ha rehusado liberar definitivamente y mantiene en un inicuo arresto domiciliario.
En el recurso a la violencia hay una cierta sorpresa en la medida en que se suponía que en Rangún eran sensibles a las necesidades del amigo chino en el Consejo de Seguridad. Pekín impidió el miércoles una
condena allí del gobierno birmano desde el conocido criterio de que un asunto interno, por grave que sea, no es todavía una crisis que amenace la seguridad o la estabilidad internacional. Y, por tanto, no acepta una intromisión de las Naciones Unidas. Eso podría cambiar pronto, pero los chinos harán lo necesario para que el eventual relevo siga considerándolos como el socio privilegiado.
LA FAMILIA SE VA
Kyaing Kyaing, esposa del jefe de la Junta Militar de Myanmar, general Than Shwe, abandonó el país acompañada su hija Thadar Shwe y de un nieto del líder birmano mientras decenas de miles de personas se manifestaban en Yangón y otras ciudades, indicaron ayer fuentes diplomáticas. La mujer, cuyas fotografías en actos oficiales ocupan regularmente las primeras planas de los diarios y revistas birmanas, viajó el martes a Bangkok.
Los tres familiares del jefe del régimen militar viajaron en primera clase en un avión de la aerolínea Air Bagan, precisaron fuentes diplomáticas europeas. Madre e hija, entusiastas del lujo, visitan a menudo la capital tailandesa para efectuar compras.
Than Shwe y su familia dieron la campanada el pasado año cuando se divulgó un vídeo de la boda de su hija, que aparecía portando en su cuello y peinado decenas de brillantes del tamaño de una nuez, y quien, según se dijo entonces, recibió regalos por valor de más de 35 millones de euros.
Kyaing Kyaing, esposa del jefe de la Junta Militar de Myanmar, general Than Shwe, abandonó el país acompañada su hija Thadar Shwe y de un nieto del líder birmano mientras decenas de miles de personas se manifestaban en Yangón y otras ciudades, indicaron ayer fuentes diplomáticas. La mujer, cuyas fotografías en actos oficiales ocupan regularmente las primeras planas de los diarios y revistas birmanas, viajó el martes a Bangkok.
Los tres familiares del jefe del régimen militar viajaron en primera clase en un avión de la aerolínea Air Bagan, precisaron fuentes diplomáticas europeas. Madre e hija, entusiastas del lujo, visitan a menudo la capital tailandesa para efectuar compras.
Than Shwe y su familia dieron la campanada el pasado año cuando se divulgó un vídeo de la boda de su hija, que aparecía portando en su cuello y peinado decenas de brillantes del tamaño de una nuez, y quien, según se dijo entonces, recibió regalos por valor de más de 35 millones de euros.